A tener en cuenta: Las frutas se introducen de una en una, dejando un intervalo de tres o cuatro días entre ellas. Así, si alguna le produce alergia, es fácil saber cuál y retirarla temporalmente de su dieta.
¿Cuál es la merienda ideal para tu bebé?
Marisa Clari Roig
Matrona en el Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia
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Marisa forma parte del equipo de expertos que cada día
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Cuando el bebé cumple seis meses incorpora a su dieta nuevos alimentos que le permiten experimentar sabores y texturas hasta ahora desconocidos. También empieza a preparar su estómago para tolerar otros ingredientes además de la leche materna.
Zumos de frutas
La fruta es una estupenda manera de iniciar al bebé en la alimentación complementaria. Se puede triturar o exprimir para que le resulte más sencillo de ingerir, aunque algunos padres prefieren cortarlas en finas láminas y dejar que el bebé se las lleve a la boca con sus manos para que conozca otras texturas.
Los zumos aportan al bebé vitaminas y betacarotenos, que mejoran sus defensas. El momento ideal para dárselo es la merienda, cuando se despierte de la siesta y tenga sed. Los primeros zumos que hay que ofrecer al bebé son los de naranja, mandarina, uva, pera, manzana o ciruela.
No hay que añadir azúcar a los zumos porque encubre los nuevos sabores y puede producir caries.
Cómo darle el zumo
Lo ideal es que al principio el zumo se ofrezca al bebé a cucharaditas porque así se puede determinar la cantidad que acepta e ir aumentándola poco a poco, hasta que llegue a tomar unos 50 mililitros cada día.
No hay que darle el zumo en biberón porque aumenta el riesgo de caries. Se puede utilizar una taza con asas (de aprendizaje o iniciación). Son la mejor opción para facilitar al pequeño la transición del biberón al vaso normal. También existen masticadores de fruta formados por una redecilla antiahogo en la que se introduce la fruta, para que el bebé pueda morderla sin peligro de que se atragante.
A tener en cuenta: Después de darle zumo al bebé, se le puede ofrecer agua para limpiar sus encías de los azúcares naturales de la fruta.
Salvo que exista un problema de bajo peso, no hay que forzar al bebé a comer porque podrías acabar causándole rechazo a la comida.
Tarritos de frutas y otras meriendas
Los zumos envasados son una opción práctica y saludable, siempre que sean específicos para su edad y se indique en su etiqueta que son 100% zumo de frutas. Resultan muy cómodos cuando se sale de casa. Pero si quieres llevarte un zumo o puré de frutas casero, puedes utilizar un termo papillero para conservarlo frío.
Si preparas la merienda en casa puedes completar la papilla de frutas con cereales o galletas, una vez hayas descartado una intolerancia al gluten. Las galletas para bebés tienen fibra, vitamina B, hierro y otros nutrientes básicos. Deben ser sin azúcar ni chocolate. Lo mejor es que le des un trozo para que la chupe y la saboree. Los yogures adaptados para bebés, un poco requesón o queso fresco sin sal pueden ser otra opción de merienda, pero mejor a partir del año, cuando su estómago está más preparado para digerir otros lácteos.
A tener en cuenta: Cuando compres un tarrito de frutas, es importante que al destaparlo escuches un ‘pop’. Esto garantiza la esterilidad del producto. Una vez abierto, se conserva 24/48 horas en la nevera (según indique en el envase).
La mayoría de preparados comerciales combinan dos o más frutas, por lo que es conveniente ofrecérselo al bebé cuando ya hayamos descartado posibles intolerancias a cada una.
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