Cómo alargar la vida útil de los electrodomésticos
Hace un par de décadas, cuando se estropeaba un electrodoméstico, bastaba con llamar al servicio técnico. Venían a recogerlo, lo reparaban y te lo devolvían al cabo de unos días. Sin embargo, muchas personas siguen esta premisa: “Con lo que cuesta arreglarlo, sale más rentable comprarme uno nuevo”. ¿Cómo puedes retrasar lo más posible el momento de tener que comprar un electrodoméstico nuevo?
Vencer a la obsolescencia programada
Este concepto habla del tiempo de vida estimado que tiene un determinado electrodoméstico. Muchas marcas fabrican sus aparatos teniendo en cuenta que, tras un periodo de tiempo concreto, la mayoría de usuarios los cambian por uno nuevo. Por ello, pasado ese tiempo los electrodomésticos dejan de funcionar y conseguir repararlos puede convertirse en una ‘misión imposible’. Pero si tenemos en cuenta una serie de consejos y pequeños trucos, podemos vencer a la obsolescencia programada y alargar la vida de nuestros electrodomésticos, al menos de los más caros.
El primer paso para conseguir que los electrodomésticos duren más es usarlos bien. Y con esto queremos decir que leas detenidamente las instrucciones de cada uno, y que aprendas cuáles son sus limitaciones y sus capacidades para no darles un uso incorrecto y provocar tú mismo una avería que reduzca su vida útil.
También podemos fijarnos en que lleven el sello ISSOP, una certificación de sostenibilidad promovida por la Fundación FENISS.
El frigorífico
El principal motivo de que las neveras se estropeen y tengamos que comprar una nueva es que no prestamos suficiente atención a su colocación dentro de la cocina y a las juntas de plástico de sus puertas. El frigorífico tiene que estar siempre lejos de la luz solar directa y de otras fuentes de calor como el horno. Nunca lo pongas cerca, porque el calor que emite hará que la nevera tenga que hacer un sobreesfuerzo para mantener una temperatura adecuada.
En cuanto a las juntas de la puerta, límpialas con un estropajo suave y con agua tibia. Puedes diluir un poco de lejía si están muy sucias. Una vez hayas hecho esto, puedes cubrirlas con un poco de vaselina o crema hidratante para que se agarren mejor. Al menos una vez al año, desenchufa durante unos minutos el frigorífico y pasa el aspirador a potencia media por su parte trasera para quitarle todas las pelusas.
La lavadora
En este caso, la mayoría de las ‘defunciones prematuras’ se producen por sobrecargar la máquina. Respeta su capacidad de carga si quieres que dure más. Una buena forma de saber si te estás pasando es introducir una mano en el interior; si cuesta trabajo hacerlo es que sobra ropa. Tampoco es bueno que pongas la lavadora medio vacía, y que introduzcas cinturones u otros objetos metálicos que puedan dañarla. No abuses de la temperatura (con 35-40 grados es suficiente) y usa de vez en cuando pastillas antical para evitar que se obstruyan sus conductos.
El lavavajillas
Las obstrucciones en los conductos interiores son en este caso la principal causa de que los lavavajillas no duren más. Por tanto, haz el esfuerzo de retirar los restos de comida de platos y vasos antes de introducirlos en la máquina, y limpia el filtro del lavavajillas al menos una vez al mes. Es aconsejable hacerlo funcionar con un líquido especial limpiamáquinas tres o cuatro veces al año. Es un producto muy barato, que incorpora elementos antical y antigrasa que actúan sobre el filtro, los conductos y los aspersores, prolongando su vida.
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