Cómo encolar muebles de madera
Encolar muebles es una tarea cotidiana en carpintería porque es un sistema de unir las piezas que mejor resiste el paso del tiempo.
Los muebles se desencolan por el uso y es necesario realizar pequeños arreglos. Cuando una silla se tambalea al sentarse es señal de que falla el encolado y es preciso pegar de nuevo la pata que está suelta, si no queremos quedarnos sentados en el suelo.
Trucos del proceso de encolado
El proceso de encolado tiene sus pequeños trucos para conseguir un buen resultado. El primer paso consiste en soltar completamente las piezas despegadas del mueble para proceder a su limpieza. Es necesario retirar del mueble el pegamento seco antes de extender de nuevo la cola blanca o de carpintero. Se puede utilizar con cuidado un cúter o un formón para retirar los restos de pegamento sin dañar la madera. Cuando se ha eliminado la cola se lijan suavemente las superficies para dejar las piezas totalmente limpias.
Extender la cola y dejar secar
Antes de extender la cola con un pincel o brocha, según sea la superficie que tenemos que encolar, hay que pasar un trapo para eliminar todo el polvo que ha desprendido la madera en el lijado. Una precaución que hay que mantener cuando se trabaja con la madera es que esté completamente seca antes de pegarla porque, de lo contrario, el encolado del mueble no funcionará si hay humedad.
A continuación se aplica la cola blanca en las dos piezas que se van a unir. En este paso también hay que ser cautos, porque si se pone poca cola se corre el riesgo de que no se peguen las piezas. Cuando se aplica excesiva cantidad de cola, al unir las piezas saldrá el sobrante que hay que retirar rápidamente con un trapo húmedo para que no queden restos en la madera.
Es fundamental encajar muy bien las piezas desde el primer momento para que queden totalmente unidas cuando seque la cola. Para conseguirlo se puede utilizar un martillo o mazo de goma para golpear las piezas hasta que encajen.
Ejercer presión durante el secado
El proceso de secado requiere especial atención, porque es preciso realizar una presión constante en las piezas hasta que se seque completamente la cola. Esta presión puede lograrse utilizando mordazas, torniquetes o pesas según el mueble que se está pegando. Por ejemplo, si se trata de una silla es conveniente hacer un torniquete con una cuerda o goma fuerte, con la que dan varias vueltas a las patas, y un palo para regular la presión, porque de este modo se consigue que las cuatro patas tengan la misma tensión.
Si se trata de unir dos piezas planas se puede ejercer la presión con prensas mientras que si es un cajón lo más útil será utilizar los sargentos o gatos, que los hay de diferentes tipos, según sea la zona en la que se tiene que hacer presión.
Sea cual sea el medio elegido para ejercer la presión de las piezas a unir, no hay que olvidar poner un pequeño trozo de madera o cartón entre el mueble y el gato o cuerda para evitar dejar marcas en el mueble.
Esta presión debe mantenerse durante un día, aunque el tiempo puede variar según el tipo de madera del mueble, pero siempre siguiendo las indicaciones que marque el producto utilizado. En cualquier caso, conviene que esté varias horas hasta que la cola haya fraguado por completo. Pasado este tiempo se retiran las mordazas y el mueble está listo para su uso.
En algunos casos, sobre todo, cuando se trata de sillas o mesas que soportan pesos se puede asegurar mejor el resultado, introduciendo una espiga de madera que refuerce la unión de las piezas. Solo hay que hacer un taladro en la madera e introducir en el hueco la espiga de madera untada con cola. Dejar secar, serrar y lijar el sobrante de la espiga para que quede integrado en la pieza y teñirlo del mismo color que el mueble.
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