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Equivalencia lumínica de bombillas

Los avances de la tecnología han propiciado que una gran variedad de bombillas inunde el mercado, ofreciéndonos cientos de combinaciones de iluminación, consumo y eficiencia. ¿Cómo podemos elegir las bombillas adecuadas sin perdernos en ese mar de datos? La respuesta es simple: conociendo bien cada una y cómo funciona respecto a las demás.

bombillas

Bombillas y más bombillas

Los principales tipos de bombilla que podemos encontrar actualmente son las incandescentes, las halógenas y ecohalógenas, las fluocompactas, las bombillas de LED, y los tubos fluorescentes.

  • Las incandescentes son el tipo de bombilla más antigua, y se comenzaron a retirar del mercado en 2009, sustituyéndose por otras con más capacidad de iluminación y menor consumo.
  • Las fluocompactas, también llamadas bombillas de bajo consumo, tienen una duración muy larga (hasta 10.000 horas) y consumen un 80% menos de energía que una incandescente.
  • Las ecohalógenas, por su parte, gastan un 30% menos que una bombilla incandescente y duran en torno a 2.000 horas.

La tecnología LED (Lighting Emitting Diode o Diodo Emisor de Luz) hace que los electrones que circulan por el interior de una bombilla pasen de una banda a otra, liberando energía que se transforma en fotones. Son las más eficientes del mercado, ya que consumen un 80% menos que una bombilla incandescente y pueden llegar a durar hasta 50.000 horas.

¿Cuál es mejor?

Realmente, no podemos decir que existe un tipo de bombilla que sea mejor que las demás, sino que dependiendo de nuestros gustos y de las características de la estancia que queramos iluminar, un modelo será más adecuado que otro.

Las bombillas ecohalógenas tienen la ventaja de emitir una luz muy agradable y natural, pero pueden llegar a dar bastante calor. Las fluocompactas dan muy buen resultado en términos de eficiencia energética, pero tienen el inconveniente de que tardan unos segundos en iluminar a máxima potencia, lo que no las hace adecuadas para lugares de paso cuya luz encendemos y apagamos muchas veces al día pero por poco tiempo.

Las bombillas tipo LED comparten rango de precios con las fluocompactas y son un poco más caras que las halógenas. Aún así, presentan un gran número de ventajas: además de su duración y de su eficiencia energética, contaminan menos, ya que no contienen mercurio ni tungsteno y emiten muy poco CO2 a la atmósfera, no dan calor y requieren un mantenimiento mínimo.

Equivalencias entre bombillas

Prestar atención solamente al precio de venta de una bombilla sería un error; tanto o más importante es el consumo energético que tendrá a lo largo de su vida útil. Por ello, es fundamental conocer la equivalencia entre unas bombillas y otras en términos de potencia luminosa y consumo.

equivalencia lumínica bombillas

La potencia lumínica se expresa en lúmenes (lm), y mide la cantidad de luz que es capaz de emitir una bombilla. Cuantos más lúmenes tengan nuestras bombillas, menos lámparas necesitaremos para iluminar una estancia. Cada tipo de bombilla requiere una cantidad de vatios (W) para funcionar. Y es precisamente esa cantidad de vatios la que determinará el consumo energético y, a la postre, la cuantía de la factura de la luz.

Para expresar estas magnitudes en datos prácticos y concretos, diremos que un salón normal, de unos 25 m2, necesita aproximadamente 7.500 lúmenes para estar perfectamente iluminado. Necesitaremos tres bombillas para hacerlo, de manera que si usamos de las incandescentes, el consumo sería de 450 W; si elegimos las ecohalógenas, 315 W; si optamos por fluocompactas serían 90 W, y si compramos bombillas LED, el consumo se reduciría hasta los 75 W.


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