Cómo elegir navegadores GPS

¿Todavía vas de viaje con la familia tirando del mapa de papel de tamaño edredón nórdico imposible de doblar a su estado original? ¿O aún llevas esa famosa guía encuadernada con canutillo que pesa más que la edición coleccionista de ‘El señor de los Anillos’? Ya es hora de actualizarse y poner la tecnología a tu servicio para tus viajes.

Aunque llamamos GPS al navegador que llevamos en el coche para guiarnos en nuestros trayectos, lo cierto es que esas siglas no nombran al dispositivo en sí, si no que engloban a todo el sistema. Las siglas significan Global Positioning System, o Sistema de Posicionamiento Global. Esta tecnología de origen militar cuenta con 24 satélites permanentemente en órbitas sincronizadas que son capaces de localizar cualquier objeto o persona en la superficie del globo terráqueo con una precisión de unos pocos metros.

Para simplificar un poco el funcionamiento, podemos decir que cuando nuestro receptor GPS quiere saber nuestra posición, localiza automáticamente la señal de al menos cuatro de esos satélites, y juega con ciertos parámetros para terminar calculando a partir de ellos la posición.

Aparte de guía para nuestros viajes, un GPS sirve para multitud de aplicaciones más. Desde cosas tan ‘triviales’ como geolocalizar nuestras fotos, añadiendo las coordenadas de dónde fueron tomadas dentro del archivo en campos de información EXIF, hasta operaciones de salvamento, gamificación del deporte (actividades basadas en buscar objetos o sitios), gestión de flotas de vehículos empresariales, rastreo y recuperación de vehículos y otros objetos robados, localización de discapacitados, menores o enfermos, y un largo etcétera que incluye también varias aplicaciones militares.

Características del navegador GPS

En los automóviles de gama alta ya es común encontrarnos el navegador GPS integrado en el salpicadero. Aún así, pasado un tiempo, mucha gente opta por adquirir otro navegador portátil por la dificultad o el coste de actualización de los mapas por parte de los fabricantes.

Los navegadores cuentan con una pantalla táctil a color de 3, 5 o 6 pulgadas y un entorno gráfico agradable y con icono, textos y mapas grandes y definidos para que su uso sea más fácil. Algunos modelos ya cuentan incluso con sistemas de reconocimiento de voz para evitarnos apartar la vista de la carretera ante cualquier necesidad de cambio de ruta, y de sistemas de síntesis de voz para informarnos de radares, incidencias de tráfico, peajes, etc. Pueden disponer de conexión bluetooth y ranura para tarjeta SD.

Equipados con baterías que suelen ser más que suficientes para un viaje medio, lo más normal es llevarlos siempre conectados a la toma de corriente del mechero de nuestro automóvil. Al tener batería, podemos utilizar los navegadores también yendo a pie, por supuesto, e irnos guiando por calles por las que a lo mejor no podemos entrar con el coche. También se comercializan navegadores específicos para bicicletas, camiones y motos.

Funciones de los GPS

El uso primordial del navegador GPS es ir del punto A al B. Pero las posibilidades son mayores.

Localización: Por ejemplo, podemos calcular rutas alternativas en tiempo real si nos encontramos un atasco o una carretera cortada, o podemos pedirle a nuestro navegador GPS que nos encuentre la gasolinera más cercana en caso de que nos estemos quedando sin combustible y no parezca haber ninguna en nuestra ruta.
Selección de ruta: Según qué modelo de navegador, podemos saber previamente el estado del tráfico en nuestra ruta y trazar así la alternativa si se prevén atascos. También podemos elegir si queremos que nuestro viaje sea rápido (por autovías y vías rápidas), económico (menor consumo de combustible) o más corto (menor recorrido en kilómetros, aunque tengamos que tomar carreteras secundarias).
Memoria: Suelen permitir almacenar un histórico de destinos recientes por si tenemos que repetir viaje en poco tiempo, o incluso podremos poner como destino a nuestros contactos, siempre que tengamos añadidas sus direcciones en la agenda. Incluso algún modelo ofrece la oportunidad de establecer como destino una de nuestras fotos. ¿Aquél restaurante en el que estuvimos haciéndonos selfies con los amigos pero no recordamos cómo se llamaba? ¡Sin problema!
Puntos de interés: Los puntos de interés en los navegadores GPS son una lista de categorías previamente posicionadas en los mapas. Desde gasolineras hasta museos, pasando por monumentos, aeropuertos, estaciones de autobuses o de trenes, restaurantes, hospitales, clínicas, embajadas… un sinfín de posibilidades que están ahí para cuando podamos necesitarlas. Y si el navegador tiene conexión a internet, también podremos buscar nuestros destinos en Google.

Personalización de los GPS

Entre las funciones de personalización habituales en los navegadores GPS se incluye la opción de elegir la voz de avisos e informaciones, la gama de colores del mapa, las direcciones favoritas, establecer una dirección como ‘casa’, el modo ‘noche’ automático (el esquema de colores cambia a uno más oscuro para que no moleste al conductor) e incluso el icono que representa nuestra posición.

Aunque el apartado más importante son los mapas. Los navegadores incluyen preinstalados mapas de uno o varios países. Es importante fijarse si ofrece actualizaciones automáticas o es necesario adquirir más adelante nuevas versiones de los mapas.

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