Tres claves para comprar el congelador perfecto

Con nuestro ritmo de vida actual el congelador se ha convertido en nuestro mejor aliado. Cocinar de más y almacenar tappers, una pizza de emergencia… tu salvación en lo que a comida se refiere casi siempre está a menos de 0º grados. Si tu cocina tiene espacio suficiente o quieres hacerte con un segundo aparato para tu casa o tu segunda residencia, no te pierdas estos consejos. Descubre cuál es el congelador que mejor se ajusta a tus necesidades o a las de tu hogar.

Cuestión de espacio

En el mercado podemos encontrar tres tipos de congeladores: verticales, horizontales o integrados.

Los congeladores verticales son iguales que un frigorífico, con una puerta que abarca toda la altura del congelador y de cajones y compartimentos en su interior. Estos suelen abrirse al revés que los frigoríficos para poder ubicarlos juntos en la cocina, y que actúen como una nevera combi. Son muy estéticos si tienes espacio suficiente en la cocina, pero no caben muchos productos en su interior y son energéticamente menos eficaces.
Los congeladores horizontales, también conocidos como arcones, se abren hacia arriba mediante una tapa y cuentan con gran capacidad de almacenamiento, además de mantener muy bien la temperatura y ser energéticamente eficientes. Tienen el inconveniente de que ocupan mucho espacio y de que, al no disponer de cajones o compartimentos, los alimentos deben estar apilados unos sobre otros.
Los congeladores integrados suelen formar parte del frigorífico, ocupando la zona inferior del mismo. Son los más recomendables sin tienes una cocina pequeña y no ocumulas demasiados congelados.

Es recomendable medir con un metro el espacio del que disponemos para el congelador en la cocina. Que luego no haya sustos cuando queramos encajarlo depende de que nos tomemos en serio estas medidas. Además, es necesario tener claro para qué lo vamos a utilizar: ¿hacemos mucha comida los domingos y congelamos los ‘tuppers’? ¿Solo lo vamos a usar cuando vengan la familia o los amigos a casa? ¿O nos vamos a limitar a guardar bolsas de verdura congelada y platos preparados? Responder a estas preguntas nos puede ayudar a encontrar un modelo que ajuste en tamaño, prestaciones y ordenación interior a nuestras necesidades.

Eficiencia energética

Desde hace varios años, los fabricantes de electrodomésticos están obligados a señalar su grado de eficiencia energética mediante una etiqueta. Este se indica a través de una letra combinada con un código de color. La letra G junto con el color rojo son el distintivo de los congeladores que más energía necesitan para trabajar, mientras que la letra A acompañada del color verde indica que necesita menos. Además, esta A puede ir acompañada de uno, dos o tres signos +, que implican un incremento en la eficiencia energética del aparato, hasta el punto de que un congelador A+++ puede llegar a ser un 50% más eficiente que uno A++.

Los factores decisivos

El material de fabricación del congelador es fundamental: se recomienda que sea de acero inoxidable, porque dura más y resulta más higiénico y fácil de limpiar. Además, asegúrate de que cuenta con un buen termostato para ajustar la temperatura a la cantidad de productos que haya dentro, y de que esté equipado con sistemas de cierre seguro que eviten la pérdida innecesaria de frío.

Recuerda que los congeladores no son todos iguales. Cada fabricante introduce funciones especiales dependiendo de la gama y del precio. Por ejemplo, sistemas automáticos de descongelación, modos de congelación rápida pero de tiempo limitado para cuando cargamos a tope el congelador, o avisadores de peligro, que saltan a los 30 minutos de haber introducido un refresco, una botella de vino o una caja de cervezas.

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