¿Comedor escolar o comida casera?
La alimentación es un ámbito esencial dentro de la crianza de los niños. Hagan el almuerzo en el colegio o en casa, hay una serie de puntos a tener en cuenta para una buena nutrición. Te los contamos.
Si comen en el cole…
La comida de los comedores escolares, incluso si es de catering, está cada vez más controlada y se busca que sea lo más saludable y equilibrada posible. De hecho, muchos cuentan con el asesoramiento de nutricionistas. En este sentido, se ha ido compensando la ingesta de hidratos de carbono y grasas, y reduciendo los dulces y la bollería industrial en beneficio de otro tipo de alimentos como la fruta o los lácteos.
Normalmente los menús son únicos, sin posibilidad de elegir. Sin embargo hay casos especiales, como niños con alergias o intolerancias alimentarias o con necesidades puntuales de una dieta especial por ejemplo, una dieta blanda.
Uno de los puntos positivos de los comedores es precisamente que los niños no pueden escoger y se acostumbran a comer prácticamente de todo, probando nuevos sabores y texturas.
Además, acompañan la comida con agua en vez de con refrescos, y también toman pan, un alimento que debe estar presente a diario en una dieta equilibrada, ya que incluso ayuda a combatir el sobrepeso.
En esta misma línea, allí los niños no pueden añadir sal o demasiados condimentos, ni repetir, con lo que no ingieren más calorías de las necesarias.
A todo esto se suma que además de buenos hábitos alimentarios, en el comedor los niños aprenden normas y pautas de correcto comportamiento; educación en la mesa.
Eso sí, la familia debe conocer el plan de menús del comedor escolar para, en función de ello, planificar el resto de las comidas del día.
Si comen en casa…
En casa nosotros somos los responsables de lo que comen nuestros hijos. Aunque las materias primas y las preparaciones son mejores, solemos cometer muchos errores, bien por desconocimiento, bien por falta de paciencia. Los niños imitan nuestra forma de comer y se portan mucho peor que en el comedor de la escuela.
Tendemos a ponerles raciones demasiado generosas, como las de los adultos. Por tanto, hay que reducir la cantidad y cuidar más la calidad, ofreciéndoles todos los grupos de alimentos. Un truco puede ser usar platos de tamaños infantiles que nos proporcionan ya la medida.
También debemos procurar que los “caprichos” que les damos sean ocasionales. Aunque, por ejemplo, en verano, un helado de vez en cuando puede ser una buena opción.
Consideraciones nutricionales aparte, hay que destacar los beneficios de comer en familia, ese precioso tiempo que comparten padres e hijos, y que favorece los lazos afectivos.
Tres claves para una correcta nutrición
Una alimentación sana y equilibrada se va construyendo día a día, con hábitos y costumbres saludables. La familia es la principal responsable de este aprendizaje, pero el comedor escolar también juega un papel muy importante.
Aquí te damos tres claves para una correcta nutrición de los pequeños de la casa:
Hacer cinco comidas al día sin saltarse nunca el desayuno. Esta primera comida es fundamental para darles la energía que necesitan para comenzar la jornada, y debe incluir lácteos, cereales y fruta.
Prestar mucha atención a la pirámide alimentaria para equilibrar las comidas. Los menús deben ajustarse a esta estructura, teniendo en cuenta los alimentos que se deben consumir a diario y los que hay que tomar ocasionalmente.
No descuidar la correcta hidratación, siendo el agua la bebida principal. Llevar siempre una Eso sí, para estimular a los pequeños también podemos ofrecerles zumos o batidos variados.
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