¿Qué tipo de placas de cocina existen?
¡Qué emocionante es comprar una casa nueva y decidir, paso a paso, cómo amueblarla! Pero qué difícil es, también, tomar algunas de esas decisiones. Por ejemplo, la de qué placa poner en la cocina: fuegos tradicionales, vitrocerámica, inducción… ¿Cuáles son los pros y los contras de cada una de ellas?
Cocinas a gas
Estas cocinas funcionan con una llama directa que calienta las sartenes y cazuelas, y que se genera al entrar en combustión el gas de una bombona. Al contrario de lo que pueda parecer, son las más respetuosas con el medio ambiente, ya que son las que menos energía consumen. Las cocinas a gas son las preferidas por los cocineros profesionales y por los aficionados a la cocina casera, porque su fuego es directo, rápido y fácil de regular. Si queremos cocinar algo a fuego lento o si queremos aumentar rápidamente el calor, este tipo de placa es la que mejor responderá.
El principal inconveniente de este tipo de cocinas no es que se ensucie más, sino que es más difícil de limpiar. En lugar de presentar una superficie lisa como las placas de vitrocerámica o de inducción, la suciedad puede introducirse por ranuras y recovecos, haciendo más engorroso el proceso de limpiado. Algunas personas optan por cubrirlas con papel de aluminio mientras se cocina para evitar esto, pero estéticamente no es muy agradable. Además, al haber fuego directo, pueden resultar peligrosas si hay niños en casa y cuando salta aceite, que puede arder.
Vitrocerámicas
Estas placas están fabricadas con vidrio cerámico. Debajo de la placa de este material hay una resistencia eléctrica que se calienta, y el calor pasa a través del vidrio aumentando la temperatura de su superficie y cocinando los alimentos que hayamos puesto encima. Su gran ventaja es lo sencilla que resulta de limpiar, si tenemos los productos y utensilios adecuados. Además, podemos usar casi cualquier tipo de menaje sobre placas de vitrocerámica y utilizar su calor residual para terminar de cocinar sin gastar energía. Como añadidura, son bastante más baratas que las de inducción.
En el apartado de aspectos negativos de la vitrocerámica, hay que señalar que el calor residual del que hablábamos puede llegar a ser peligroso para los niños porque tarda mucho en enfriarse. Además, es un poco lenta a la hora de coger temperatura y, si algún alimento se quema sobre ella, puede resultar difícil retirarlo.
Placas de inducción
Este tipo de cocina es, en realidad, una evolución de las placas de vitrocerámica. El material con que están fabricadas es el mismo pero, en vez de una resistencia eléctrica, cuentan con un sistema que calienta las sartenes y cazuelas mediante un campo magnético. Esto hace que el vidrio nunca se caliente, eliminando todo peligro de quemaduras para niños y despistados. Otra ventaja es la comodidad de su limpieza: al no calentarse el vidrio no hay que esperar a que se enfríe. Además, adquieren temperatura mucho antes, por lo que cocinan los alimentos más rápido, y consumen hasta un 30% menos de energía que una vitrocerámica.
Como inconvenientes de la inducción, hay que señalar que son el tipo de cocina más caro, y que no todos los elementos pueden ser utilizados sobre ella. Han de ser metálicos e indicar expresamente que pueden funcionar sobre una placa de inducción.
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