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¿Cómo enseñar a tu hijo a vestirse solo?

Cuando menos te lo esperes tu hijo estará empezando a vestirse solo o, al menos, intentándolo, sobre todo a desvestirse. Ayúdale a hacerlo mejor y a que se sienta mayor.

Paciencia

Como para casi todo lo relacionado con los niños, la paciencia es un arma imprescindible. No esperes conseguirlo de la noche a la mañana: vestirse no es nada sencillo para unas manitas tan pequeñas, sobre todo si hablamos de botones, cremalleras y, no digamos ya, de aprender a atarse los cordones. Mejor sustitúyelos por el velcro de momento, porque aprenderán a atarlos más tarde.

Busca el momento oportuno: no pretendas enseñar a tu hijo de dos o cuatro años a vestirse a la carrera cuando faltan unos minutos para salir pitando hacia el cole, porque lo más normal será que lo hagas estresado y le trasmitas tu agobio. Aprovecha la hora de ponerse el pijama, por ejemplo, o los fines de semana para enseñarle los pasos que hay que seguir. Observarás que hay días en que están deseando vestirse solos y no te dejarán ni echarles una mano y otros que se negarán en rotundo y parecerán haber perdido todo el interés por esta rutina. Sin problema. Tómatelo con calma porque es pasajero. En este tema, como en el vals, se suelen dar dos pasos adelante y uno atrás.

calzarse solo

Empieza por lo básico

Que la etiqueta está presente en todas las prendas y que siempre va atrás es algo que los niños no nacen sabiendo. Tendrás que decírselo varias veces hasta que lo recuerden por sí solos. Que hay prendas que están del revés y hay que ponerlas del derecho pasa desapercibido a todos los niños. Deberás señalar hasta lo más evidente. Y no solo una vez. Utiliza pantalones o faldas con elástico para que vestirse no implique subir cremalleras o abotonarse. Esto ayudará también a la hora de ir al baño, sobre todo a los chicos.

moda infantil

Elige siempre de entre dos opciones la más sencilla: enséñales a vestirse con camisetas y deja las camisas para cuando tengan más destreza. Las manoplas, preferiblemente antes que los guantes. Algunos zapatos llevan en cada suela una marca de distinto color para diferenciar el derecho del izquierdo. Si no lo tienen, dibuja tú algo en la plantilla que les ayude a distinguirlos. Y como desvestirse es más fácil que vestirse, empieza por ahí. Recuerda que lo más complicado siempre será quitarse la parte de arriba.

Felicítale por sus logros

La palmadita en la espalda es una fórmula que funciona desde el origen de los tiempos, y en los niños, aún más. El verse reconocidos por algo que han aprendido a hacer propio de los más mayorcitos es para ellos todo un orgullo y les animará a seguir intentándolo más y mejor. Elógiale aunque no lo haya conseguido del todo. Como ya sabemos, esto no se va a lograr en dos días, así que cada paso cuenta y ahí estarás tú para reconocérselo.

La acción contraria, reñirle, puede ser contraproducente. Se sentirá desmotivado y volver a ganar el interés por la tarea llevará tiempo. Además, recriminarle por hacer mal algo que está aprendiendo con interés es injusto. Si lo hace mal, corrígele con cariño, no le regañes. Un espejo a su altura es un buen estímulo. Si se ve reflejado verá más fácilmente qué ha hecho bien y qué tiene que mejorar. Ante todo, tomároslo siempre con sentido del humor; aprenderá más deprisa.

Si aún así te resulta complicado, existen incluso aplicaciones para el móvilque te pueden ayudar en esta tarea, como la app "Alex aprende a vestirse solo".

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