Cómo evitar que tu coche contamine en exceso

Hoy en día circulan por el planeta millones de vehículos a motor que, a través de sus tubos de escape, emiten miles de toneladas de gases contaminantes. El aire que respiramos está cada vez más lleno de partículas que nos causan un daño severo, tanto a nosotros como a los animales y plantas con los que compartimos la Tierra. Una sola persona no puede hacer nada para remediarlo, pero si todos hiciéramos una serie de pequeños gestos en lo que respecta a nuestro coche y a la forma en que lo conducimos, podríamos disminuir drásticamente esa contaminación.

Revisiones periódicas

Utilizar un aceite adecuado para nuestro motor, y mantenerlo al nivel correcto hace que se minimicen las fricciones entre sus piezas y, por tanto, que se mueva con más facilidad, reduciendo así el consumo de combustible y la contaminación.

Ocurre algo similar con los sistemas de encendido, de inyección y de frenos. En el primer caso, si las bujías de los motores gasolina y los calentadores de los diésel se encuentran en perfecto estado, favorecen que el coche realice mejor los ciclos de combustión, emitiendo menos gases contaminantes. Un sistema de inyección limpio y unos frenos en buenas condiciones disminuyen el consumo y, con él, la contaminación.

Otro elemento de nuestro vehículo que puede resultar muy contaminante si no lo mantenemos a punto es el filtro del aire. Si no está limpio, entrará menos aire al motor, y este perderá potencia y aumentará su consumo.

Pero, sin duda, el elemento del coche que más nocivo puede llegar a ser es el sistema de escape. Está demostrado que si no mantenemos el catalizador y el tubo de escape en correcto estado y sin fugas, el vehículo consumirá hasta un 10% más de combustible, emitiendo por consiguiente una cantidad de partículas contaminantes muy superior a la habitual. Y no solo eso, si descuidamos el sistema de escape, los gases saldrán de una forma incorrecta a causa de la mala combustión.

Aire acondicionado y neumáticos

Estos dos elementos nos permiten conducir de manera confortable y segura, pero si los descuidamos no solo pueden hacernos sentir incómodos y poner en peligro nuestra conducción, también pueden aumentar notablemente la contaminación que genera el vehículo.

En el caso del aire, debemos asegurarnos de que el sistema no tiene fugas y de que el gas está correctamente cargado, además de no hacer un uso excesivo de la climatización.

En cuanto a los neumáticos, una presión de inflado por debajo de la recomendada por el fabricante puede aumentar el consumo de combustible y la emisión de gases entre un 3 y un 10%. Asimismo, una dirección mal alineada, unas correas de distribución gastadas y unos amortiguadores en malas condiciones harán que consumamos más combustible o que los repuestos del coche se deterioren antes.

Sentados al volante

Una vez que nos hemos asegurado de que todas las piezas de nuestro coche están en perfecto estado de revista, hay algunos gestos que podemos realizar durante la conducción que también contribuirán a reducir la emisión de gases contaminantes. Lo primero es circular siempre con las marchas más largas posibles, y evitar usar la primera salvo para los primeros metros. Así, el motor trabaja a menos revoluciones y consume y contamina menos.

También es recomendable mantener una velocidad constante, sin acelerones ni frenazos, y levantar totalmente el pie del acelerador cuando comencemos a detener el vehículo. Una vez detenido, si es previsible que la parada dure más de un minuto, conviene apagar el motor.

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