Cómo fomentar la afición al deporte en tus hijos
Los hábitos saludables que se adquieren en la infancia son más fáciles de mantener a lo largo de los años. La inagotable energía de los niños puede aprovecharse para inculcarles la práctica regular de ejercicio físico. Para motivarles, nada como encontrar un deporte que les divierta y les permita socializar.
¿Por qué es tan importante que los niños hagan deporte?
El deporte se empieza a adquirir como hábito desde la edad preescolar. La OMT recomienda que hasta los 17 años practiquen una actividad física al menos durante una hora diaria. Practicar ejercicio de manera regular tiene incontables beneficios físicos y emocionales para los niños. Entre otros, contribuye a un estado de salud óptimo: se entrena el corazón, las articulaciones y el sistema respiratorio. Reduce la posibilidad de padecer enfermedades como la osteoporosis, y permite desarrollar la agilidad y los reflejos. También ayuda a la relajación y mejora la calidad del sueño y la autoestima.
Cuando el ejercicio se practica en equipo, además se fomenta la socialización. Los niños comparten victorias y derrotas, y se sienten parte de un conjunto para el que son una pieza clave. El deporte es una manera más de ocio con la que disfrutar de la familia y de los amigos.
¿Cuáles son los deportes más adecuados para los niños?
El ejercicio siempre debe estar adaptado a la edad, la forma física y los gustos del niño. Se recomienda que sea fundamentalmente aeróbico, como correr, saltar, ir en bicicleta o patinar.
Como orientación, podemos imaginar una pirámide. En la base situamos las actividades que los niños deberían realizar todos los días: caminar, jugar activamente, subir y bajar escaleras… En el centro están los deportes que, por ser más intensos, es mejor practicar de forma regular pero no diaria: fútbol, baloncesto, natación… En la cima de la pirámide colocamos las actividades que conviene reducir por ser más sedentarias, como ver la televisión.
Si hablamos de edades, entre los tres y los cinco años es el momento perfecto para empezar a practicar la natación. Además de mantenerles en forma, les dará seguridad en sí mismos. Y no tendrán que esperar al verano para estar en remojo. Desde los cinco años ya pueden elegir libremente según sus preferencias: judo, karate, gimnasia rítmica… o apostar por los deportes en grupo, como fútbol, balonmano, baloncesto o voleibol. Entre los ocho y los nueve años ya se puede observar si el niño empieza a destacar en alguna disciplina. Quién sabe si no tendrás en tu propia casa a un futuro coleccionista de medallas olímpicas.
Estrategias para que les pique el gusanillo del deporte
Motivar a los niños a hacer ejercicio es la clave para que empiecen a interesarse por la actividad física. Para ello, lo primero es que nunca permitas que el deporte les estrese o les frustre. Se trata de pasarlo bien y en el caso de las competiciones, ganar con humildad, respetar al rival, y perder con deportividad. También les ayudará mucho que compartas con ellos el ejercicio, ya sea practicándolo tú también, o si no es posible, escuchándoles, preguntándoles y brindándoles todo el apoyo.
Deja que sea el niño quien escoja qué deporte quiere practicar. Atiende a sus necesidades, pero también a sus gustos y preferencias. Ofrécele todos los medios posibles: los niños tienen que tener a su alcance balones, bicicletas, raquetas, patines, cuerdas…
Por último, enséñale los beneficios de estar activo. Desde muy pequeños pueden entender que es malo ser sedentario y muy positivo moverse. Además, practicando deporte tienen la oportunidad de hacer nuevos amigos. Hazle ver que todo son ventajas.
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