Cómo hacer feliz a tu conejo
Cariñosos, fáciles de cuidar, suaves y bonitos. ¿Se le puede pedir algo más a una mascota? Cada vez somos más los que pensamos que no, no se le puede pedir mucho más a una mascota, solo hay que ver la cantidad de hogares españoles que cuenta ya con un conejo. Y el número sigue creciendo.
A la hora de elegir una mascota debemos pensar en los pros, los contras y si es el compañero más afín a nosotros. Para ello no hay nada mejor que informarse primero, y no es por echarnos flores, pero estás en el sitio adecuado.
Carácter
A priori los conejos parecen animales asustadizos. Su instinto de supervivencia les lleva a intentar escapar de cualquier depredador, por eso cuando escuchan ruidos estridentes o ven movimientos bruscos salen a la fuga, se encogen, tiemblan o simulan estar muertos. Para que esto no pase tenemos que tratarle suave y cariñosamente, es la única manera de que poco a poco se sienta más seguro, confiado y cercano.
El comportamiento del nuestro conejo no depende de su raza o tamaño, lo realmente determinante es el trato que le damos nosotros. Así que intentemos tratarle como queremos que nos trate él a nosotros.
Si decidimos tener varios recordemos que los conejos marcan su territorio, es decir, su jaula, y pueden tener enfrentamientos por defenderlo.
Alimentación
El conejo es un animal herbívoro cuya dieta es esencialmente fibrosa. Requieren mucho follaje y poco grano, es decir, esencialmente celulosa. No podemos olvidar que un exceso de azúcares o almidón puede hacer que fermenten en su lento tránsito intestinal y le ocasionen trastornos.
Los tres componentes principales de la alimentación de un conejo son:
• Forraje seco: básicamente, heno formado por una gran variedad de plantas.
• Alimentos verdes: alfalfa, trébol, diente de león, zanahoria, pera o manzana pelada y hierbas aromáticas como la salvia y la menta. No pueden constituir más del 45% de la dieta, y si el conejo no ha estado acostumbrado a consumirlos hay que ir introduciéndolos poco a poco para evitar que le produzcan diarrea.
• Alimentos concentrados: son alimentos muy ricos en hidratos de carbono, generalmente cereales. Al ser muy energéticos, la cantidad requerida es menor de 10g por kilo de peso del animal al día.
Es muy importante que el conejo tenga acceso continuamente a agua fresca y a su comedero, ya que come poca cantidad muchas veces al día.
Cuidados e higiene
Para mantener sano y feliz a un conejito sólo debemos asegurarnos de que su jaula está limpia y de que dispone de comida y agua.
En cuanto a su salud, las afecciones más frecuentes son diarreas e infecciones leves. Cuando vayamos a adoptarlo es importante que comprobemos que sus dientes son firmes y se enfrentan correctamente (los superiores sobrepasando los inferiores) y de que está libre de parásitos.
Los conejos desprenden un olor peculiar pero, ojo, eso no significa que requieran un baño, ya que destruye la capa protectora natural de su piel y le genera estrés. Si por alguna razón decidimos dárselo, usaremos un champú especial, agua tibia y lo secaremos muy bien con una toalla, evitando el frío.
Para completar sus necesidades higiénicas basta con cortarle las uñas y cepillarle el pelo, especialmente en época de muda.
Su hogar
La jaula de nuestra mascota debe estar en un lugar seco, bien ventilado, abrigado de las corrientes y cuya temperatura no pueda llegar a ser muy alta. Las mejores jaulas son las metálicas, y para que puedan moverse con libertad, lo ideal es que tenga el mayor tamaño posible. Como mínimo, sus dimensiones deben ser de 70x50 centímetros por kilo de peso.
La jaula contará con una bandeja inferior sobre la que esparciremos serrín prensado, arena de maíz o virutas de madera para que haga sus necesidades; un bebedero; un comedero; y a ser posible una caseta en la que pueda resguardarse. También podemos darle un trozo de madera (una pinza, por ejemplo), para roer y una piedra con calcio o sal.
Adaptación
Si queremos que nuestro conejo salga de la jaula y campe a sus anchas por alguna habitación de la casa, lo último que debemos hacer es obligarle. Lo mejor es dejarle abierta la puerta, y cuando se sienta confiado saldrá.
Para acostumbrarle a que siempre haga sus necesidades en la jaula, los primeros días debemos dejarlo dentro hasta que las haga allí varias veces, luego volverá cuando lo necesite en vez de buscar otro lugar.
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