Smartwatch o pulsera de actividad, ¿cuál elijo?
A la hora de comprar un dispositivo para llevar un seguimiento de nuestra actividad física nos encontramos con diferentes opciones de ‘wearables’. Por un lado, tenemos las pulseras cuantificadoras o pulseras de actividad, especializadas en la medición cotidiana de la actividad física. Por otro lado, están los ‘smartwatches ‘o relojes inteligentes, que también suelen incluir sensores para registrar nuestros movimientos o nuestra inactividad. Además, hay un tercer dispositivo que puede hacer las veces de cuantificador: el ‘smartphone’.
Cada uno de estos dispositivos tiene sus propias virtudes y defectos, que hemos resumido en la tabla que verás a continuación. A grandes rasgos, estas son sus principales cualidades:
Los ‘smartwatches’ se pueden encontrar en dos grandes variantes.
- La primera son los ‘smartwatches’ con sistema operativo Android Wear o iOS especializados en acompañar al smartphone y avisarnos de la actividad en apartados como el correo, las redes sociales o las comunicaciones móviles y SMS.
- La segunda son los relojes deportivos a los que se van añadiendo funcionalidades ‘smart’ y funciones de seguimiento automático de actividad física, en vez de a medir tiempos, recorridos y pulsaciones durante los entrenamientos.
Los relojes deportivos ‘smart’, pueden integrar aplicaciones, pero muy limitadas en número y funcionalidad. Puede que incluso permitan recibir alertas desde el móvil, pero de un modo unidireccional sin demasiadas posibilidades para manejar remotamente funciones del smartphone. Lo que sí hacen es sincronizar los datos de actividad con el teléfono para su posterior análisis y volcado en la nube. Esta es una buena opción si quieres medir tu actividad ya que la precisión es buena y su ergonomía y durabilidad es excelente.
Las pulseras de actividad no se caracterizan por su precisión a la hora de diferenciar el tipo de actividad que se está realizando. No es cuestión de pedir milagros, pero en algunos modelos no son capaces de identificar un paseo a pie o en bicicleta, por ejemplo. Sin embargo, sí destacan por su comodidad y ergonomía.
Los ‘smartphones’, cuando se usan como cuantificadores, son realmente buenos usando apps como Moves, Human o similares. Son capaces de identificar tipos de actividad tales como el ciclismo o el patinaje, y dan muchas opciones para visualizar los resultados y los datos recopilados. Pero a cambio, dejamos de medir la actividad tan pronto como los dejamos en una mesa al llegar a casa, por ejemplo.
Existen accesorios Bluetooth para el ‘smartphone’, tales como pulseras medidoras de frecuencia cardiaca o sensores de cadencia y velocidad para bicicleta, que pueden sustituir de un modo óptimo a un reloj deportivo. En estos casos es conveniente usar una carcasa protectora para el ‘smartphone’, preferiblemente que resista al agua y al polvo o incluso los golpes.
Si vas a elegir un reloj para medir tu actividad física diaria, deberás llevarlo en todo momento. Recuerda también que los smartwatches necesitan ser cargados prácticamente cada día, y si te olvidas de hacerlo, también tendrás que dejar de medir la actividad.
El tipo de dispositivo cuantificador ideal depende de nuestro nivel de exigencia en el apartado físico. Los deportistas avanzados preferirán aquellos que incluyan GPS o sistemas de medición de pulsaciones mediante cintas de pecho, al menos durante los entrenamientos.
Conclusión
Hay muchas posibles propuestas en el apartado de dispositivos para medir nuestra actividad física. No hay una solución perfecta (aún) que conjugue la excelencia en cuanto a autonomía, precisión, versatilidad, estética, precio o inteligencia, pero sí las hay que brillan en alguno de los apartados anteriores. Examina con cuidado qué vas a valorar más, y sé realista con las expectativas.
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