Vicente Marco, calidad, tradición y autenticidad
Carnicería Vicente Marco ofrece desde 1958 carnes y embutidos provenientes de la ganadería local de Valencia. La tercera generación de esta empresa familiar sigue manteniendo las recetas ya centenarias, los procesos tradicionales que son ya artesanales, y los ingredientes naturales que se utilizaban hace más de 50 años.
Los nietos de Vicente y Carmen, fundadores de la carnicería, han incorporado nuevos sabores y texturas, y han ampliado el mercado a través de otros medios de distribución.
"Embutidos artesanos, más de 40 tipos de hamburguesas chef y productos cárnicos elaborados en su obrador cada día son algunas de las delicatesen que muestran en su carta."
Un poco de historia
La carnicería se funda a mediados del siglo XX en la L'Eliana, Valencia, con el objetivo de seguir con la tradición familiar: el comercio de carnes proveniente de las cabezas de ganado que ellos mismos criaban. La “carnicería de Carmencita", como se conocía entonces, comenzó a tener fama por sus embutidos, invariables en las recetas transmitidas de generación en generación. Los "veraneantes" de la ciudad comenzaban a descubrir productos con sabores auténticos y que seguían elaborándose por métodos tradicionales.
Somos lo que comemos
Hoy en día, mantienen la misma filosofía, basada en los que ellos han bautizado con el acrónimo de EIANA:
- Ecología: Más allá de cumplir con los controles de bienestar promulgados desde la UE, cada día incorporan paulatinamente productos generados de modo sostenible
- Innotradición: Desde la tradición más ancestral en la elaboración de los productos, incorporan nuevos sabores y texturas que aumentan la experiencia en el momento del consumo.
- Artesanía: Todos los productos se elaboran de modo artesanal, como siempre se ha hecho desde principios del siglo XX.
- Naturalidad: Elaboran sus productos con ingredientes completamente naturales.
- Autenticidad: Promueven el volver a los orígenes en la alimentación para mantener un estilo de vida saludable. Porque, al fin y al cabo, Somos lo que comemos.